
Y esto es un trozo de la fachada de la bodega, ya atardeciendo.

Una vez dentro esto fue uno de las primeras piezas que vimos. Me pareció bonito para encuadrar.

Pero como vimos que la cosa se iba poniéndo interesante a medida que avanzabamos, los dos Sergios salimos fuera con tal de aprovechar el poco sol que quedaba y retratar lo que había fuera. Un paisaje y unos alrededores llenos de...paz.




Volvimos pronto con el resto de nuestros compañeros y entramos en la sala que como nos explicaron, parecía una catedral. La catedral del vino.



La siguiente foto no está bien cuadrada. Tampoco pretendo subirla por que sea bonita sino por lo mucho que me llamó la atención esta parte de la bodega. Aquí es donde, propiamente, se "fabrica" el vino.


Y llegó la última fase, y para algunos, la mejor. La cata. A pesar de que no tengo ni idea de vinos creo que lo hizo de una manera en que todos pudimos seguirla claramente. Me pareció una idea original y una forma apetecible de acercarse a este mundo tan desconocido para mí.


Como véis, los vasos están llenos...¡luego había que coger el coche!
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