viernes, 9 de octubre de 2009

Mercado de Santo Domingo

Tanto en Pamplona como en cualquier otra ciudad esto es lo primero que se nos viene a la cabeza al pensar en la palabra mercado.

Puesto de pescado desde el interior

Para hacer esta foto me colé dentro del puesto. Tuve suerte y ese día una pescatera simpática me animó a que pasará por la puerta de atrás para hacer fotos. Había muchas cosas que retratar, desde luego, pero sin duda esta es la que mejor refleja cómo se ven desde dentro las cosas. Con tanta gente, impacientes incluídos, no es fácil hacer cosas como esta:


Bonito despedazado

Una vez dentro, salió uno de los temas más habituales en estos sitios: la crisis. Estuve charlando con la pescatera simpática acerca de las ventas y se quejó. Es cierto, a pesar de que yo fui un martes al mercado me pareció que había poca gente. Esto me dificultó un poco las cosas porque al ser pocos me daba un poco de reparo sacar fotos. Cada vez que sacaba fotos huía o bien las sacaba a distancia. Como en esta, que el jóven rebusca en su cartera en busca de moneditas escasas en los tiempos que corren.

¿"Crisis" ?

Esta foto es una piña del mismo puesto que arriba. Es un puesto que me gusta porque está en semicírculo y lleno de color. Miraras el producto que mirarás siempre tendría cerca frutas que transmitieran vitalidad. Te alegraba pasear en curva a través de él. Esta piña me pareció muy exótica y me llamó la atención verla al lado de algo tan común como pueden ser las alubias.

Piña


En la siguiente foto ya no hay alegría sino asombro. El color vivo de los pimientos: rojo y verde. Y pegadas a ellos el color berenjena. Nunca mejor dicho. Es ese morado-granate tirando a negro. Todos de una textura brillante. Podrían pasar por figuras de plástico que adornan un bodegón improvisado. Pero no. Estaban allí esperando a que alguien decidiera cocinarlas antes de que su aspecto empiece a empeorar.

Verduras brillantes


Y fue el pescado en el que más tiempo me detuve. Cangregos, ojos, dientes, escamas, gambas, caracolillos,...y al final me quedé con el plata de las anchoas. 4.80€ el kilo así que de plata sólo el color. Por lo visto esa mañana vendieron muchas. Espero que no se olvidaran de aquella de la esquina a la izquierda.

Caja de anchoas


Anchoas primer plano





Si algo me gustó fue recordar que aún hay sitios en los que el trato con la gente se mantiene. Las grandes moles de supermercados ofrecen una gran variedad de productos pero siempre estará el mercado para que la calidad se ofrezca tanto en el producto como en las relaciones entre personas. Abuela y tendera con los cambios

Como anécdota, aquí os dejo a la instrusa que también hizo la cola en el mercado. Nos encontramos a una paloma cotilla que se metía dentro de todos los puestos. Los simpáticos vendedores trataron de echarla sin armar mucho alboroto.

Paloma intrusa

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